La creación de un colegio secundario representaba una necesidad en el medio, pues día a día se tornaba más agudo el problema de impartir ese tipo de educación a los jóvenes de la zona, que para cumplir con ese cometido, debían asistir a escuelas distantes, con el consiguiente gravamen económico y pérdidas de tiempo; factores estos que en cierta manera, truncaban los deseos de muchos de proseguir con estudios superiores.
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Marcelo H. Cirot, María Sottile, Catalina Sifre y Osvaldo Pinto |
En el año 1958, un grupo de vecinos del Distrito de Las Catitas (Santa Rosa), encabezados por el Sr. José Sottile, Director en ese entonces de la Escuela Nacional Nº32, inició ante la H. Cámara de Senadores de la Provincia gestiones encaminadas a lograr en el medio la creación de un establecimiento de enseñanza secundaria.
Con ese fin se interesó al representante por el Departamento, Senador Provincial Sr. José Ramón Caparroz quien, de inmediato, dio curso al petitorio mediante un proyecto de ley girado al P.E. Provincial el que, a su vez, elevó al Ministerio de Educación y Justicia de la Nación.
El Ministerio del ramo dio favorable acogida al proyecto, pero hizo constar que su creación no podría efectivizarse hasta el ciclo lectivo de 1960 por cuanto, a la fecha de iniciación de gestiones (agosto de 1958) ya se habían estimado los recursos necesarios para el Presupuesto General de Gastos de la Administración para el ejercicio 1958-1959.
En febrero de 1959 la Dirección General de Enseñanza Secundaria, Normal, Especial y Superior comisionó a la Inspectora de Zona Prof. Bertha Varas de Klement para que se trasladara hasta Las Catitas y, juntamente con las autoridades departamentales y docentes del medio, procediera al estudio de la factivilidad de crear el establecimiento solicitado.
En su informe, emitió opinión favorable por la cual el P.E.N., mediante Decreto Nº 9500-59 autorizó al Ministerio de Educación y Justicia a crear una escuela Nacional de Comercio en la localidad de Las Catitas a partir del ciclo lectivo 1960.

Secundaron al Dr. Masciopinto en tan importante tarea varios docentes del medio que pasan, luego, a integrar la primera planta funcional del establecimiento. Ellos fueron: Secretario: Sr. José Sottile (Dir. de la Esc. Nac. Nº32), Tesorero: Sr. Marcelo H. Cirot (Dir. de la Esc. Nº303 “A. Rodríguez”), Ayudante de clases y trabajos prácticos: Sr. Alejandro V. Balladores (Dir. de la Esc. Nac. Nº223). Preceptoras: Srtas. Maria Sottile y Adela E. Oriolani (Maestra de la Esc. Nac. Nº32)
El 22 de abril de 1960 se inician las tareas tendientes a la puesta en marcha de las actividades escolares propiamente dichas, acontecimiento que tiene lugar el 4 de mayo con la inauguración del curso escolar con la incorporación de cerca de ochenta jóvenes de ambos sexos. Distribuidos en dos secciones paralelas.
Los alumnos (en su mayoría egresados varios años atrás de la escuela primaria) provienen de los tres principales distritos del departamento; Villa de Santa Rosa, Las Catitas y La Dormida. También asisten cinco jóvenes del vecino departamento de La Paz.
Se concretaba así una vieja aspiración de los pobladores del alejado departamento del Este mendocino y se abrían, para las generaciones futuras, nuevos y amplios horizontes.
La comunidad educativa de la Escuela Nº4-090 solicitó un nombre que la identificara definitivamente.
En el año 1960 el Señor Osvaldo Pinto, es designado profesor de Castellano en la Escuela Nacional de Comercio de Las Catitas, hoy Escuela Nº 4-090, siendo el fundador y organizador del establecimiento junto a un grupo de docentes.
Este profesor desarrolló una incansable labor educativa durante veinte años, como Director y Profesor de la Escuela Nº 4-090, llevando a cabo una obra meritoria en bien de la educación del pueblo de Santa Rosa.
El 7 de marzo de 2001, mediante la Resolución Nº 00072, se autoriza colocar el nombre de "Profesor Osvaldo Pinto" a la Escuela Nº4-090.
El 7 de marzo de 2001, mediante la Resolución Nº 00072, se autoriza colocar el nombre de "Profesor Osvaldo Pinto" a la Escuela Nº4-090.
Frente actual de nuestra querida escuela |